En el actual Departamento de Nariño, se han descubierto numerosos vestigios correspondientes a un complejo arqueológico que se conoce indistintamente con los nombres de Nariño o Quillacinga y sobre cuyos autores se carece aún de datos concretos.
A la llegada de los hispanos a la parte Andina del actual departamento de Nariño, encontraron varios grupos indígenas con grados diferentes de desarrollo cultural, pero fue a los Pastos y Quillacingas, moradores además de la vertiente oriental amazónica, a quienes dedicaron mayor atención y descripción.

Se han encontrado en profundas tumbas de pozo con cámara lateral, a campo abierto y dentro de cuevas. Sin duda, su función debió ser religiosa, a manera de pequeñas deidades tutelares que, además, podían ser fácilmente transportadas en sus desplazamientos. Estatuas con estas características se han encontrado en Berruecos, Chimayoy, Buesequillo, la Cruz y Tajumbina, en el Departamento de Nariño, en el Cauca, en sitios cercanos a Popayán y en Tambo, en donde aparecieron formando un circulo.
La alfarería de Nariño comprende tres estilos bien definidos. El primero, el Capulí, presenta una gran homogeneidad en cuanto a formas, decoración y tratamiento de la pasta y parece derivarse de una tradición cerámica bastante antigua. Se caracteriza por su color rojo pintado con la técnica negativa, negro sobre rojo. Con esta elaboraron por lo general, diseños geométricos muy bien ejecutados con la que decoraron copas de varias formas, ollas globulares, figuras femeninas y masculinas y los típicos "coqueros". Las paredes de las vasijas son algo gruesas y el material es muy abundante.

En la producción de delicados platos y vasijas globulares de la alfarería de Tuza, el artista que las elaboró muestra un exquisito gusto en la decoración de pintura negativa y positiva con la que narra escenas cotidianas y en las que variados animales del entorno fueron diestramente representados. El color básico de las piezas es blanco hueso y sobre éste elaboraron los diseños en colores negro y rojo claro.
El trabajo de los metales es otra de sus producciones de gran belleza y destreza técnica. Trabajaron con igual habilidad joyería en oro, plata, platino, cobre y tumbaga, aprovechando los colores de los metales en composiciones de gran sentido estético. Como técnicas, emplearon la fundición por la cera perdida, el laminado, el martillado, el repujado, el alambrado con hilos gruesos y delgados, y la soldadura. Conocieron las técnicas del dorado por oxidación y el plateado, con los cuales lograron varios matices de color en la misma pieza a partir de elaborados y pacientes pasos previos.


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